Durante las próximas dos temporadas, entre 2023 y 2024, vamos a llevar a cabo, conjuntamente con la Autoridad Portuaria de Cartagena y con la colaboración del Ayuntamiento de Cartagena, otro apasionante proyecto en uno de los entornos más queridos y emblemáticos de nuestro litoral: el faro de Cabo de Palos.
El faro de Cabo de Palos se asienta sobre un promontorio rocoso que constituye las últimas estribaciones de las sierras litorales de la Región de Murcia antes de hundirse en el Mar Mediterráneo. Se trata de una pequeña elevación de 32 m. de altitud de materiales paleozoicos correspondientes al complejo basal nevado-filábride de las cordilleras Béticas sobre los que se encuentra depositada una capa de areniscas.
Este cabezo se sitúa en el límite oriental de la reserva marina protegida de Cabo de Palos e Islas Hormigas, destacable por la excepcional conservación de sus fondos marinos y su extraordinaria biodiversidad.
Sobre este promontorio de Cabo de Palos se asentaron sucesivamente, desde la antigüedad: un santuario fenicio dedicado al dios Baal-Hamón, un templo romano dedicado a Saturno, una torre de vigilancia costera construida durante el reinado de Felipe II y, finalmente, y realizado con los restos de sillares de este último en 1864, un gran faro en la época de Isabel II.
El faro de Cabo de Palos constituye un hito paisajístico e histórico de singular relevancia en la costa de la Región de Murcia y está declarado Bien de Interés Cultural por resolución de 1 de julio de 2002, de la Dirección General de Bellas Artes y Bienes Culturales.
En la actualidad, la vegetación del entorno del faro está compuesta fundamentalmente por matorrales de cambrones (Lycium intricatum), palmitos (Chamaerops humilis), bojas barrilleras (Salsola oppositifolia), esparragueras (Asparagus albus), siemprevivas (Helichrysum stoechas), etc.
Durante los momentos de floración se hace evidente la gran cantidad de especies bulbosas presentes, especialmente la escila (Scilla obtusifolia), el narciso otoñal (Narcissus serotinus) y la cebolla albarrana (Drimia maritima) durante el otoño, mientras que durante la primavera florecen el gladiolo silvestre (Gladiolus illyricus) y el gamón (Asphodelus albus).
Floración de las escilas durante el mes de octubre. Fotografía de José Antonio López Espinosa.
Sobre la ladera de poniente del cerro puede apreciarse un pequeño conjunto de pinos carrascos (Pinus halepensis) de aspecto achaparrado y atormentado por el viento. Con seguridad, esta pequeña pinada es fruto de alguna repoblación forestal del pasado, cuya falta de idoneidad queda patente por el mencionado porte tortuoso de los árboles.
Especies exóticas invasoras en el entorno del faro.
Junto a esta vegetación autóctona convive una ingente cantidad de especies de flora alóctona invasora – prácticamente todo el catálogo posible en el sureste- tales como alzabaras (Agave americana), yucas (Yuccas spp.), banderas españolas (Lantana camara), crespinillo (Carpobrotus edulis), acacias (Acacia saligna), aloes (Aloe maculata), siempreverdes (Myoporum laetum), Cylindropuntia spp., Malephora crocea, Opuntia dilenii, etc.
Crespinillo y Cylindropuntia, especies exóticas invasoras.
Opuntia dilenii, Cylindropuntia y Agave americana en el entorno del faro.
Las especies invasoras constituyen un gigantesco problema para nuestra biodiversidad, suponiendo la segunda causa de extinción de especies autóctonas en el mundo: las plantas exóticas, al no contar con depredadores naturales en las zonas donde se implantan, se expanden de forma descontrolada sin ninguna cortapisa, ocupando el espacio de las especies propias del lugar y compitiendo con ellas por los nutrientes, el sol y el espacio.
Durante décadas todas estas especies se utilizaron de forma muy habitual en los jardines de Cabo de Palos y La Manga, desde donde se expandieron a las áreas colindantes, invadiendo incluso los espacios naturales, convirtiéndose en un problema medioambiental de primer orden.
Acacias (Acacia saligna) en la bajada a Cala Túnez.
Actuaciones que desarrollaremos en el entorno del faro de Cabo de Palos.
Durante estos próximos dos años actuaremos en varias zonas del entorno del faro: por un lado, realizaremos una intervención en la bajada a Cala Túnez - atestado de acacias- , por otro, actuaremos también en el recinto interior del faro y, por último, en la zona de El Farallón, al otro lado de Cala Fría.
El objetivo principal de todo este proyecto es el de la restauración ambiental de los terrenos ocupados por especies de flora exótica invasora, mediante su completa erradicación y su sustitución por especies de arbustos y flora autóctona del hábitat catalogado con el número 1430 en la directiva de hábitats de la Unión Europea: Matorrales halonitrófilos (asociación 143016 Withanio frutescentis - Lycietum intricati+ Alcáraz, P. Sánchez, De la Torre , Ríos & J. Alvarez 1991).
Este hábitat es que el que correspondería a la vegetación original que existió en la zona antes de su alteración por las perturbaciones producidas por la intervención humana y se caracteriza por la presencia de diversas especies de plantas adaptadas a la existencia de sal en el suelo, producto de la cercanía al mar, así como una elevada nitrificación del mismo, consecuencia de las deyecciones de las aves marinas. Se trata de un hábitat singular del sureste por la presencia de dos especies iberoafricanas únicas en el contexto europeo: Lycium intricatum y Withania frutescens.
En el proceso, hemos comenzado con la erradicación de los ejemplares de flora invasora: para la retirada de los ejemplares más grandes de acacias, agaves o yucas se ha tenido que recurrir a la utilización de maquinaria. Puedes ver un vídeo de las labores de eliminación en el siguiente vídeo. Para las especies más pequeñas o a las que no puede llegar la máquina deberemos recurrir a la extracción manual.
Los restos vegetales son luego retirados por un gestor de residuos autorizado.
A continuación, procederemos a la recuperación de la arbusteda original mediante la plantación de las especies estructurantes del hábitat mencionado, en especial, plantaremos: cambrón (Lycium intricatum), oroval (Withania frutescens) y boja barrillera (Salsola oppositifolia).
Cambrón en flor (Lycium intricatum).
Oroval (Withania frutescens).
En la zona de El Farallón, nos proponemos además, recuperar los matorrales autóctonos con el fin de evitar la erosión en el suelo que provocan los aparcamientos no autorizados que se producen durante el verano. En algunos lugares, el terreno aparece completamente compactado y desprovisto de vegetación.
Zona de El Farallón durante el verano.
Suelo erosionado en El Farallón.
Las actuaciones en la zona de El Farallón contarán además con supervisión arqueológica, al llevarse a cabo en una zona próxima a un yacimiento catalogado en la carta arqueológica del Ayuntamiento de Cartagena.
Cabo de Palos dentro de nuestra trinchera verde.
Esta actuación dentro del entorno del faro de Cabo de Palos se enmarca dentro de nuestro proyecto de 'Trinchera Verde', una propuesta para la creación de una barrera forestal -un cinturón verde de especies autóctonas-, entre Cabo de Palos y Cabo Tiñoso, para la conservación de nuestra biodiversidad y para hacer frente a la amenaza del cambio climático y la desertización. Esta 'Trinchera Verde' impulsará la construcción de un frente de vegetación autóctona en las sierras litorales de Cartagena que permita paliar o revertir los efectos del cambio climático, conectando los espacios naturales -protegidos o no- actualmente fragmentados y aumentando su resiliencia por medio del incremento de su biodiversidad.