En la anterior entrada del blog os hemos presentado nuestro proyecto de restauración ambiental de una parcela de propiedad municipal dentro del Parque Minero de La Unión. En esta entrada vamos a contaros el detalle de los hábitats que queremos restaurar, las especies que vamos a utilizar y vamos a explicaros la especial singularidad de los montes de La Unión.
LAS CORDILLERAS BÉTICAS, UN PUNTO CALIENTE DE BIODIVERSIDAD.
Europa y África hace 6 millones de años.
Aprovechando el nuevo puente terrestre entre los dos continentes, numerosas especies de animales y plantas africanas colonizaron el continente europeo. Hubo una expansión de plantas y animales desde la Península Ibérica al norte de África y viceversa. También se produjo intercambio de especies con otros puntos del Mediterráneo (Turquía, Grecia, Península Itálica, Sicilia). Cuando la conexión entre el Atlántico y el Mediterráneo se abrió de nuevo, todas esta variedad florística de ya se había asentado en la Península Ibérica.
Hace unos 2,5 millones de años comenzaron las glaciaciones y, con ellas, el Pleistoceno: El clima de la tierra se hizo mucho más frío y seco y numerosas plantas encontraron refugio en las zonas más templadas de la Península Ibérica, especialmente en el sur.
Europa bajo el hielo durante el Pleistoceno.
Gracias a toda esta historia de cambios en la geología y el clima, además de la diversidad de suelos y condiciones climáticas, contamos en el sureste de la Península Ibérica con uno de las mayores concentraciones de biodiversidad de todo el continente europeo.
En las sierras de Cartagena y La Unión podemos encontrar numerosas especies de plantas propias del bosque mediterráneo, y comunes en todas las riberas de este mar, como el palmito (Chamerops humilis), el lentisco (Pistacia lentiscus) o la coscoja (Quercus coccifera). Junto a ellas, conviven las especies que llegaron desde África por el puente terrestre abierto hace 6 millones de años y que pudieron refugiarse en las zonas templadas de Almería, Alicante y la Región de Murcia. Nuestras especies iberoafricanas se cuentan por decenas, destacando algunas como arto (Maytenus senegalensis), el oroval (Withania frutescens), el azufaifo (Ziziphus lotus), el cornical (Periploca angustifolia) o el ciprés de Cartagena (Tetraclinis articulata). Para añadir aún más diversidad, nuestras especiales condiciones de aridez han provocado la aparición de algunos endemismos exclusivos de nuestros montes y que sólo pueden encontrarse aquí, como el garbancillo de Tallante (Astragalus nitidiflorus), la siempreviva de Cartagena (Limonium carthaginense) o la esparraguera del Mar Menor (Asparagus macrorrhizus).
Distribución del ciprés de Cartagena (Tetraclinis articulata), un ejemplo de iberoafricanismo.
LOS BOSQUES ORIGINALES DE LA SIERRA MINERA.
Es difícil reconstruir la vegetación potencial que pudo haber correspondido a este sector de la sierra minera, ya que, hoy en día, los bosques originarios de los montes de La Unión ha desaparecido por completo: El cabezo del Sancti Spíritu se encuentra en el corazón de la Sierra Minera y era uno de los lugares donde se concentraba la mayor parte de las explotaciones para la extracción del mineral. La actividad minera era una insaciable consumidora de recursos naturales, en especial madera que se utilizaba para los hornos de calcinación, el entibado de minas, la construcción de herramientas y aperos, etc. Una vez que los hornos hubieron consumido toda la madera disponible de los árboles de la sierra, éstos siguieron alimentándose con arbustos como coscojas, lentiscos, palmitos... y cuando éstos también hubieron desaparecido, se tuvo que recurrir a las pequeñas plantas de matorral como romeros, jaras y aliaga, hasta que el monte quedó completamente arrasado, sin una brizna de vegetación, como puede comprobarse en las fotografías antiguas.
Fotografía antigua de la mina Remunerada y Cuesta de las Lajas en lo que hoy es el Parque Minero, de la página 'La Unión Antigua'
En la actualidad, a pesar del cese desde hace muchos años de la actividad minera, resulta casi imposible encontrar un solo palmito o lentisco en el entorno del Parque Minero. Los árboles y arbustos que vemos han sido fruto de repoblaciones recientes, algunas de ellas realizadas por los vecinos de la zona, con muy buena intención pero probablemente poco acierto. Así podemos encontrar que se han plantado árboles tanto autóctonos como alóctonos, incluso algunas especies invasoras. Así vemos algarrobos (Ceratonia siliqua), pinos carrascos (Pinus halepensis), pinos de Chipre (Pinus brutia), pinos piñoneros (Pinus pinea), eucaliptos (Eucalyptus globulus), incluso alguna alsina o encina levantina (Quercus ilex subsp.ilex).
Otras restauraciones forestales, como la realizada en 2010 por ANSE en los márgenes del camino del 33 se llevado a cabo, sin embargo, con excelente criterio y óptimos resultados.
Plantación de especies autóctonas en los márgenes del camino del 33 realizada por ANSE en 2010
Las condiciones climáticas y edáficas del entorno del parque minero son excepcionales: se trata del punto de las sierras de Cartagena con mayor pluviosidad - en torno a 360 mm/año - y presenta suelos libres de cal, los cuales son excepcionales en todo el Levante español. Estos dos hechos, además de encontrarse el terreno en la umbría del Sancti Spíritu, nos hacen concebir unas muy buenas expectativas para la restauración que nos proponemos.
En la búsqueda de la vegetación climácica del Sancti Spíritus, debemos tener en cuenta que éste se encuentra justo en el centro del área de distribución de Tetraclinis articulata. Nuestra propuesta va a pasar por la restauración del hábitat 9570, bosques de Tetraclinis articulata - ciprés de Cartagena- un hábitat iberoafricano y cuya conservación se considera priotaria para la Unión Europea.
Distribución de Tetraclinis articulata en las sierras de Cartagena y La Unión.
Bosque de Tetraclinis articulata en el norte de Marruecos.
Por otro, la presencia en la cumbre del Sancti Spíritu de ciertas especies propias de encinares, como el labiérnago (Phillyrea angustifolia) nos hacen pensar que la presencia de la encina (Quercus ilex subsp.rotundifolia), con su cortejo de especies propias de carrascales, como el madroño (Arbutus unedo) o el rusco (Ruscus aculeatus), es también posible en esta zona de la Sierra Minera. De hecho, en el propio camino del 33 podemos encontrar tanto ejemplares de madroño como de encina procedentes de repoblaciones antiguas que muestran un extraordinario crecimiento y presentan un espléndido aspecto fitosanitario.
CATÁLOGO DE ESPECIES QUE VAMOS A USAR EN LA SIERRA MINERA.
CLAVES (de mayor a menor protección): EN = En peligro de extinción, VU = Vulnerable, IE = de interés especial, OG = Especies objeto de gestión. SP = Sin protección.
A) ESPECIES IBEROAFRICANAS.
Como hemos mencionado antes, se trata de especies de plantas que llegaron a la Península Ibérica durante el episodio de cierre de la la conexión del Atlántico con el Mediterráneo por el choque de la placa africana contra la euroasiática hace 6 millones de años.
Se trata de nuestro endemismo más emblemático, único en Europa. Será la especie más relevante de las que vamos a plantar y esta actuación supone una continuación de las acciones del programa LIFE Tetraclinis Europa para la recuperación de los bosques de esta especie en las sierras de Cartagena.
Ciprés de Cartagena en Portmán.
El arto es una especie de origen tropical que se distribuye de forma irregular en España por la costa desde la provincia de Málaga hasta el Cabo de la Nao, en Alicante. Requiere de más humedad que otras especies africanas, por lo que en la Región de Murcia sólo la encontramos refugiada en las sierras litorales orientales, desde Cartagena hasta Cabo de Palos, especialmente en la zona de Portmán, estando ausente en Cabo Tiñoso, Mazarrón o Águilas.
Lentisco (izquierda) y arto (derecha) en Portmán.
Detalle de las hojas de arto.
Detalle de las hojas de arto.
IBEROAFRICANISMOS EL CORNICAL (Periploca angustifolia). VU
El cornical es una de las plantas de origen africano de mayor importancia en el sureste español. Es una especie intolerante a las heladas por lo que su distribución es exclusiva de las zonas más térmicas de las costas de Almería, Alicante y Región de Murcia. Constituye comunidades climácicas en amplias zonas de nuestros montes litorales, especialmente en laderas orientadas a sur y cercanas al mar.
Su origen tropical se revela por su especial adaptación a los periodos de sequía: cuando falta la humedad en el suelo, durante el verano, la planta pierde sus hojas a la espera de las lluvias de otoño, cuando vuelve a rebrotar y florecer.
Cornical con las vainas abiertas mostrando los vilanos de las semillas.
Flor del cornical
Frutos del cornical
IBEROAFRICANISMOS: LA TAPENERA DE LA SIERRA MINERA (Capparis zoharyi) OG
La tapenera de la Sierra Minera es una de las joyas de nuestra sierra minera. Fue identificada como especie diferente de la tapenera común (Capparis spinosa) en 2006, especie con la que se hibrida con facilidad produciendo el híbrido Capparis x incentii, descrito por el botánico José Antonio López Espinosa.
Está especializada en crecer en muros, pozos, taludes y ruinas de instalaciones mineras. A nivel mundial se distribuye de forma muy puntual desde Marruecos hasta Israel. En la Península Ibérica es exclusiva de la Sierra Minera, desde el monte San Julián, en el puerto de Cartagena, hasta Portmán.
Flor de la tapenera de la Sierra Minera.
Tapenera de la Sierra Minera sobre el Muro de las Lamentaciones en Jerusalem
En el propio parque minero donde estamos actuando, tenemos algunos ejemplares muy notables sobre los muros del lavadero de la Mina Remunerada.
IBEROAFRICANISMOS: LA JARA DE CARTAGENA (Cistus heterophyllus subsp. carthaginensis) EN
La jara de Cartagena es una especie emblemática en la Sierra Minera. Fue descrita como muy abundante a principios del siglo XX por el botánico Jiménez Munuera pero la actividad minera la hizo desaparecer por completo de los montes de Cartagena y La Unión y fue dada por totalmente extinguida, hasta que en 1993 se descubrió una pequeña población de 8 ejemplares en la zona de Atamaría.
La siguiente entrada del blog estará dedicada a esta especie en cuya conservación vamos a tener el privilegio de colaborar por medio de este proyecto de restauración ambiental.
Jara de Cartagena en flor en Atamaría.
B) ESPECIES MEDITERRÁNEAS.
El palmito es una de las especies fundamentales de los ecosistemas del sureste. Forma comunidades climácicas junto con el lentisco, el espino negro, la coscoja y el cornical.
En las umbrías de los suelos de esquistos de las Sierras de Cartagena encontramos palmitares espectaculares junto con jaguarzos y albaidas.
Produce un fruto altamente energético, el palmizón, el cual es consumido durante el otoño por numerosos mamíferos como el zorro, el tejón, la garduña, etc.
Palmitar con jaguarzos en El Atalayón, cerca de Cala Reona.
El lentisco es otra de las especies fundamentales de los ecosistemas mediterráneos. Procede de la evolución de la primitiva vegetación tropical europea del terciario. Es una especie climácica en amplias zonas del Campo de Cartagena. Su fruto contiene gran cantidad de grasas y es consumido por numerosas aves durante el otoño.
Ejemplar de lentisco.
Fruto del lentisco.
El espino negro es otra de las especies fundamentales del Campo de Cartagena, conformando comunidades climácicas junto con el palmito y el lentisco.
Es muy interesante porque produce frutos al final del verano, durante los meses de agosto y septiembre, una época dura para la fauna local.
El aladierno pertenece a la misma familia que el espino negro, aunque carece de espinas. Se trata de un arbusto frecuente en las umbrías de nuestros montes, requiriendo de más humedad que aquél. Es de las pocas especies que produce fruto al principio de verano, el cual es aprovechado por las aves frugívoras.
El acebuche es el antepasado silvestre del olivo. Es un árbol fundamental en los ecosistemas mediterráneos produciendo una gran cantidad de alimento muy energético para la fauna en su época de fructificación durante el otoño.
Los ejemplares que estamos plantando en nuestras repoblaciones proceden de semilla de ejemplares de los montes de San Julián y Galeras, en el puerto de Cartagena.
ESPECIES MEDITERRÁNEAS: LAS EFEDRAS O ESCOBONES (Ephedra fragilis) SP
Los efedras pertenecen a un grupo de plantas con características muy primitivas. Todas las efedras tienen propiedades medicinales, y la ephedrina es un principio activo utilizado para la cura de los síntomas del resfriado.
Es una especie extraordinariamente resistente a la sequía, capaz de soportar los peores suelos y entornos más áridos. Produce fruto durante los meses de junio y julio, lo cual supone un valor importante para la fauna frugívora local.
La encina, la coscoja y el alcornoque pertenecen al género de los robles y forman el grupo denominado de los Quercus esclerófilos, adaptados a la sequía mediterránea. La coscoja es la pariente menor de estos robles esclerófilos. Forma comunidades climácicas en amplias zonas del Levante junto con el palmito. Es un excelente generador de suelos fértiles por el elevado número de organismos que conviven simbióticamente en sus raíces y en el humus generado por la descomposición de sus hojas y frutos.
Al igual que la encina produce bellotas que son consumidas durante el otoño por numerosos mamíferos, en especial, los jabalíes.
Bellotas de coscoja.
La encina o carrasca es, quizás, el árbol ecológicamente más relevante y extendido de la Península Ibérica con millones de hectáreas de superficie ocupada. Junto al alcornoque y la coscoja forman el grupo de los robles esclerófilos mediterráneos (robles adaptados a la aridez del clima mediterráneo). Las bellotas de encina son un alimento fundamental de una gran cantidad de animales del bosque mediterráneo durante el otoño.
En nuestro árido sureste, la encina está muy al límite de su distribución potencial por la falta de humedad, encontrándose de forma muy localizada en los lugares más húmedos y protegidos de las sierras litorales, como en la Rambla del Cañar. En las sierras orientales de Cartagena, podemos encontrar un excelente carrascal con abundante regenerado en el Cabezo del Horno en Calblanque.
Encina en el Cabezo del Horno de Calblanque.
En el camino del 33 y en el propio parque minero existen ya algunos ejemplares de encina procedentes de repoblaciones anteriores que se han asentado con éxito en el terreno, alcanzan ya cierto porte y producen bellota durante el otoño. Esto supone una muestra evidente de las excelentes condiciones medioambientales de la zona y la viabilidad de esta especie en la Sierra Minera.
Bellotas de encina.
ESPECIES MEDITERRÁNEAS: EL MADROÑO (Arbutus unedo) IE
El madroño es una especie evolucionada de la primitiva vegetación tropical europea del terciario. Se trata de una especie mediterránea propia de encinares. En nuestro entorno semiárido es un árbol muy escaso, estando muy localizados sus efectivos en algunos puntos de orientación norte y resguardados del sol, como en la rambla del Esparrillar, el Cabezo de la Estrella, la Sierra de La Muela, etc.
El extraordinario poder calorífico de su madera la hizo especialmente vulnerable a la demanda de carbón para los hornos de fundición. En yacimientos prehistóricos de la zona de Mazarrón se ha documentado su uso habitual como combustible en los hornos de fundición de metal, atestiguándose así una presencia mucho mayor de esta especie en el pasado. Así, en la Sierra Minera no queda ya ninguna población silvestre, habiéndose secado en los últimos años los pocos ejemplares que quedaban en el Cabezo del Horno de Calbanque. Quedan referencias a la existencia de madroños en la zona de Atamaría, con un topónimo llamado 'Vertiente del Madroñal'.
Madroño silvestre en las sierras de Cartagena. Cabezo de la Estrella.
En las restauraciones realizadas por ANSE en el propio Camino del 33 esta especie ha respondido de forma extraordinaria, con crecimientos muy notables en pocos años, lo que demuestra que su presencia en la Sierra Minera es completamente viable y oportuna.
El madroño produce gran cantidad de flores y frutos para insectos y aves durante el invierno de forma simultánea.
Fruto del madroño, un alimento importante para muchas aves durante el invierno.
ESPECIES MEDITERRÁNEAS: EL LABIÉRNAGO (Phillyrea angustifolia) IE
El labiérnago es un arbusto de la familia del olivo. Es también una especie propia de encinares y, por lo tanto, de climas más húmedos que el entorno árido de las sierras de Cartagena y La Unión.
En Cartagena y La Unión está muy localizado en las zonas más umbrosas de los montes. Existen unos pocos ejemplares dispersos por la zona de la rambla de Valdelentisco, pero sus poblaciones más notables se encuentran en la cumbre del Sancti Spíritus, unos pocos metros más arriba de la zona en la que estamos plantando y de donde procede la semilla que estamos utilizando en su producción.
Produce un fruto muy energético durante el mes de agosto, una época difícil para los animales frugívoros.
Labiérnagos en el Sancti Spíritu.
En todo el Levante español son extremadamente raros los suelos sin cal. Los escasos suelos silíceos de la Región de Murcia pertenecen al sistema basal de las cordilleras béticas. Se trata de suelos extremadamente antiguos, de hace unos 300 millones de años, del periodo Paleozoico , y que se encuentran en la base de los Sistemas Béticos aflorando a la superficie en forma de ventanas tectónicas, como ocurre en el límite oriental de estas cordilleras, en la sierra minera de Cartagena-La Unión. Estos suelos silíceos se componen de esquistos y son muy reconocibles por su disposición en forma de lajas y su coloración oscura (negra, granate o gris).
Margarita marítima (Asteriscus maritimus) sobre esquistos en El Gorguel.
Jaguarzos y palmitos en El Atalayón (Cartagena).
El brezo blanco es una especie relativamente común en la España silícea, sin embargo es extremadamente rara en el Levante español, al igual que lo son los suelos sin cal, lo que ha determinado su catalogación como en peligro de extinción en la Región de Murcia.
En las sierras de Cartagena pueden encontrarse contados ejemplares en suelos de esquistos de orientación norte en las cercanías de Cabo de Palos. En la actualidad, hay en marcha un programa de recuperación de este arbusto con el que esperamos poder colaborar en fases venideras de nuestro proyecto de 33 en verde.
Brezo blanco en El Atalayón, Cartagena.
Brezo blanco en El Atalayón, Cartagena.
Es una especie extremadamente abundante sobre los suelos sin cal de la zona oriental de Cartagena. Sus flores atraen a numerosos insectos polinizadores durante la primavera.
ESPECIES ACIDÓFILAS: EL CANTUESO (Lavandula stoechas). SP
De las tres especies de lavanda presentes en el Campo de Cartagena, ésta es la única que crece sobre suelos silíceos. Al igual que las otras lavandas, es productora de una gran cantidad de néctar que alimenta a numerosos insectos durante la primavera.
Cantuesos en la Rambla del Cañar.
La albaida es una leguminosa muy frecuente en los suelos de esquistos del litoral. Al igual que otras leguminosas, fija el nitrógeno atmosférico al suelo por medio de bacterias simbióticas que viven en sus raíces, lo cual resulta muy interesante en la recuperación de suelos dañados.
GALERÍA DE FOTOS DE PLANTACIONES REALIZADAS HASTA EL MOMENTO EN EL PARQUE MINERO.
Bandejas de plantas con labiérnagos, efedras, cipreses de cartagena, aladiernos, espinos negros, etc.
En acción bajo el camino del 33
Grupo de voluntarios trabajando.
Grupo de voluntarios trabajando.
Palmito situado en el alcorque junto al riego por goteo.
En la siguiente entrada de nuestro blog, os contamos cómo hemos participado en el programa de recuperación de la jara de Cartagena (Cistus heterophyllus), una especie en peligro crítico de extinción en España.
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Nuestro objetivo es dejar un medio ambiente mejor a los que vienen detrás de nosotros. Queremos recuperar los bosques y arbustedas que hace siglos cubrían nuestros montes. ¿Te animas a echar una mano? Puedes venir a colaborar con nosotros físicamente y poner tus manos y tu trabajo, o, si no tienes esa posibilidad, puedes apoyar económicamente a ARBA Cartagena - La Unión y nosotros plantaremos esos árboles por ti. Tienes la información en nuestra web.
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Excelentísimo Ayto. de La Unión.