Hemos visto en la entrada anterior cómo la Sierra de la Muela fue completamente transformada por el ser humano desde tiempos remotos y cómo, muy recientemente, con el abandono de la actividad agrícola y de los usos tradicionales del monte, fue reforestada exclusivamente con pino carrasco (Pinus halepensis) con los consiguientes problemas de merma de la biodiversidad, incremento del riesgo de incendios y aparición de plagas.
Ejemplares de pino carrasco afectados por la plaga del barrenillo (Tomicus destruens) en La Muela.
Restaurando la vegetación potencial de La Muela.
¿Qué se debería hacer entonces en La Muela aprovechando el vacío que ha dejado el incendio? La mejor opción es siempre intentar conseguir el mayor grado de naturalidad posible, intentar tender hacia la vegetación potencial o clímax, que es la que existió en la zona antes de que comenzara su explotación por la actividad humana. La vegetación climácica es la que mejor se adapta a las condiciones de suelo y clima del lugar, es la más estable, siendo muy resistente a perturbaciones externas como incendios, plagas, sequías, etc., es la que va a producir la mayor cantidad de biomasa posible en relación con las actuales condiciones ecológicas y es la que va a poder mantener una mayor cantidad y diversidad de vida animal y vegetal. En definitiva, nos proponemos la búsqueda de un ecosistema sano.
Aspecto actual de la zona incendiada en 2012.
Esto es sencillo de decir, pero ¿Cómo determinamos cuál es la comunidad clímax que correspondería a la Sierra de la Muela?. Todas las sierras de Cartagena han sido total e intensamente transformadas por el hombre desde hace casi 3000 años y no queda ni un metro cuadrado de suelo que no haya sido alterado por la minería, la agricultura, la extracción de madera, los incendios o la ganadería. Además, los bosques de pinos que vemos son todos artificiales y tienen menos de 60 años, así que no es fácil hacer una reconstrucción de la vegetación anterior a la llegada del ser humano a nuestros campos.
La geógrafa María del Carmen Zamora Zamora ha reconstruido perfectamente el proceso de destrucción de los montes y bosques del Campo de Cartagena a lo largo de los últimos 2000 años en una tesis titulada "Aprovechamientos tradicionales de los montes en la comarca del Campo de Cartagena", muy ilustrativamente subtitulada "cómo se construye un desierto". Una lectura extremadamente recomendable para conocer la historia y evolución natural de nuestros montes desde el tiempo de los romanos.
La geógrafa María del Carmen Zamora Zamora ha reconstruido perfectamente el proceso de destrucción de los montes y bosques del Campo de Cartagena a lo largo de los últimos 2000 años en una tesis titulada "Aprovechamientos tradicionales de los montes en la comarca del Campo de Cartagena", muy ilustrativamente subtitulada "cómo se construye un desierto". Una lectura extremadamente recomendable para conocer la historia y evolución natural de nuestros montes desde el tiempo de los romanos.
Sabemos por diferentes estudios que nuestros montes estuvieron poblados de árboles y arbustos, pero no sabemos qué especies ni qué formaciones vegetales los componían. ¿Cómo podemos reconstruir nuestros primitivos bosques? Nos falta mucha información, aunque la reconstrucción es posible ya que tenemos algunas pistas.
¿Bosques del Atlas en Cartagena?
¿Bosques del Atlas en Cartagena?
En primer lugar, podemos fijarnos en áreas que comparten con nosotros características climáticas y edáficas similares: El clima de las áreas costeras de Cartagena es bastante singular y no tiene muchos paralelos en otras zonas de la Península Ibérica. Sin embargo, sí compartimos unas características comunes con bastantes zonas del norte de África.
Por otro lado, tenemos restos de vegetación que sabemos con seguridad que no han sido plantados por el hombre y que crecen de forma espontánea por amplias zonas de los montes de Cartagena. Entre ellas, encontramos muchas especies que son comunes a toda el área mediterránea, como lentiscos (Pistacia lentiscus), palmitos (Chamaerops humilis) o acebuches (Olea europaea), pero también, y aquí está lo singular, contamos con muchas especies - y no precisamente pequeñas plantas marginales, sino grandes especies leñosas y estructuradoras de hábitats- de origen africano, como el cornical (Periploca angustifolia), el arto (Maytenus senegalensis) o el oroval (Withania frutescens), denominadas endemismos iberoafricanos.
Periploca angustifolia. Especie iberoafricana fundamental en los ecosistemas litorales de las sierras de Cartagena.
La singularidad y riqueza florística de los montes de Cartagena ya había sido señalada en los diferentes estudios botánicos del siglo XIX. Sin embargo, en 1904 se produjo un hecho trascendental para la flora de la Región de Murcia: el descubrimiento por Jiménez Munuera, botánico de aficción, de ocho ejemplares de un ciprés africano - entonces denominado Callitris quadrivalvis y actualmente Tetraclinis articulata- en las sierras de Portmán.
Fotografía de 1904 de uno de los primeros ejemplares descubiertos de Tetraclinis articulata en Portmán.
Fotografía de los años 50 mostrando un ejemplar en Portmán muy alterado por la acción humana.
El descubrimiento de esta especie fue extraordinariamente relevante porque Tetraclinis articulata conforma enormes bosques en toda la cordillera del Atlas, desde el sur de Marruecos hasta Argelia y Túnez. En Europa, esta especie está únicamente presente en las sierras de Cartagena y en la Isla de Malta. En Doñana existen algunos ejemplares antiguos sobre los que existen dudas sobre su origen natural o introducido. En Cartagena este árbol se conoce con el nombre de ciprés de Cartagena o sabina mora.
Ejemplar adulto de ciprés de Cartagena (Tetraclinis articulata) en Portmán.
Distribución de Tetraclinis articulata.
Bosques de Tetraclinis articulata en el Atlas marroquí.
En África, Tetraclinis articulata conforma bosques con numerosas especies, dependiendo de la altitud, el tipo de suelo y la humedad disponible: Así hay bosques de Tetraclinis articulata con encinas y quejigos, con alcornoques, con pinos, con arganes, con acebuches, e, incluso en el sur de Marruecos, con especies tropicales como acacias y cardones.
Los bosques de ciprés de Cartagena se han clasificado en la directiva europea de hábitats como hábitat 9570 y está calificado como hábitat prioritario por su singularidad y rareza.
En los estudios realizados por la Universidad de Murcia se ha determinado el hábitat potencial en la Región de Murcia para esta especie, resultando que ocuparía un área mucho mayor que la que ostenta actualmente y el área incendiada de la Sierra de La Muela entraría directamente dentro del hábitat posible para esta especie.
Distribución del hábitat potencial de Tetraclinis articulata en las sierras de Cartagena. En verde se indica un hábitat de calidad media. La flecha roja indica justo la zona de la sierra de la Muela incendiada en 2012.
De hecho, una prueba de la idoneidad de la Sierra de la Muela para este tipo de bosques de Tetraclinis articulata es que el ciprés de Cartagena está ya presente y regenerándose de forma muy exitosa por esta zona. En el Pie de la Muela, los ejemplares de esta especie de un seto de un albergue juvenil están ya reproduciéndose y expandiéndose de forma masiva por los alrededores de la parcela.
Numerosos ejemplares juveniles de ciprés de Cartagena expandiéndose de forma natural por el Pie de La Muela.
Ejemplares juveniles de ciprés de Cartagena expandiéndose de forma natural por el Pie de La Muela. A la izquierda los ejemplares adultos.
En La Muela, dependiendo de la orientación y la calidad del suelo, Tetraclinis articulata formaría bosques mixtos con el pino carrasco (Pinus halepensis) y se acompañaría de diferentes especies africanas como el cornical (Periploca angustifolia) y otras europeas como el palmito (Chamaerops humilis), el lentisco (Pistacia lentiscus), el acebuche (Olea europeaea), la coscoja (Quercus coccifera) o el aladierno (Rhamnus alaternus).
El objetivo final sería conseguir algo similar a los bosques de Tetraclinis articulata de las costas del norte de Marruecos.
Bosques costeros de Tetraclinis articulata en el cabo Tres Forcas (Marruecos), cerca de Melilla.
En la actualidad se está llevando a cabo un proyecto LIFE, con financiación de la Unión Europea, de recuperación de estos bosques dentro de los espacios protegidos de las sierras de Cartagena.
Dentro de este programa de recuperación se ha editado un interesantísimo y completo libro sobre la especie que puedes descargarte en el enlace a continuación:
En esta entrada del blog os hemos contado cuál es el objetivo de la restauración del área incendiada de la Sierra de la Muela. En la siguiente entrada os detallaremos todo el proyecto, las diferentes zonas de actuación con indicación y justificación de las especies elegidas, la temporalización y otros aspectos técnicos de lo que queremos hacer.
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El proyecto de restauración forestal de la Sierra de La Muela se lleva a cabo con el apoyo económico de la empresa ILBOC, del Valle de Escombreras y la colaboración de la Asociación de Naturalistas del Sureste (ANSE), la empresa Newrona Comunicación, la Dirección Gral del Medio Natural de la Región de Murcia y el Centro Excursionista de Cartagena, así como de la familia propietaria de los terrenos.
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