El complejo militar de Fajardo se encuentra situado en la entrada al puerto de Cartagena, sobre el llamado Soto de la Podadera, a poniente de la bahía. Se trata de una estribación rocosa al sur del monte de Galeras, en cuya margen de Levante se sitúa El Espalmador, uno de los fondeaderos tradicionales de la rada portuaria cartagenera.
El Soto de San Juan de la Podadera, clave para controlar el acceso a la bahía, fue alterado por sucesivas construcciones de carácter militar, entre las que destacan las plataformas artilleras.
El Cuartel Defensivo de Fajardo fue construido como un fuerte fusilero, según proyecto incluido en el Plan de Defensa de 1860, para apoyar la vida y servicio del numeroso personal que servía en el despliegue defensivo cercano, cuyos orígenes se remontan al siglo XVII (batería de La Podadera) y siglo XVIII (baterías del Soto de la Podadera).
Batería de San Fulgencio y, al fondo, el cuartel de Fajardo.
Las tres baterías de Fajardo fueron realizadas a finales del siglo XIX para la defensa de la Base Naval de Cartagena y forman parte del denominado "Frente derecho", considerado como una de las mayores concentraciones de fortificaciones militares del mundo protegidas como Bien de Interés Cultural.
Plano del conjunto de baterías y fortificaciones del frente derecho de defensa del puerto de Cartagena. Plano cortesía de AFORCA.
Este conjunto Fajardo, formado por las baterías de San Fulgencio, La Podadera y Fajardo (Nº1, Nº2 y Nº3), así como el Cuartel Defensivo, se encuentran catalogados como Bien de Interés Cultural por la Disposición Adicional Segunda de la Ley 16/1985, de 25 de junio del Patrimonio Histórico Español.
Situación medioambiental actual del entorno de Fajardo.
Por su cercanía a la ciudad, esta zona ha debido sufrir con especial intensidad los efectos de la actividad humana desde tiempos inmemoriales, especialmente tala, incendios y pastoreo.
En la actualidad, el terreno se presenta muy erosionado, de forma especialmente intensa sobre las superficies convexas donde se muestra directamente la roca madre, siendo generalizada la escasez de suelo, si bien, se conserva una cierta acumulación de tierra con algo de profundidad en algunas vaguadas protegidas. Por otro lado, un factor a tener en cuenta en este proyecto de restauración son los daños generados en el suelo por la muy numerosa presencia de jabalíes en toda la zona, con la remoción recurrente de importantes volúmenes de tierra por hocicado. Todos estos hechos hacen complicado plantear un proyecto de restauración ambiental.
Por otro lado, el cabezo de la batería de Fajardo se sitúa muy cercano a una de las poblaciones naturales más importantes de Tetraclinis articulata, dentro de la Base Naval de La Algameca, y para las que esta plantación propuesta podría suponer un refuerzo importante, así como constituir un corredor ecológico entre ésta y las poblaciones del Cabezo de San Julián.
Mapa de las poblaciones naturales de Tetraclinis articulata. Marcada con un círculo rojo la situación del Soto de La Podadera.
Durante la actuación de reforestación llevada a cabo por la empresa TRAGSA en primavera de 2011 con fondos del plan E, se hizo un aporte puntual de tierra y sujeción por medio de albarradas de madera en la vaguada junto al cuartel de Fajardo. Sin embargo, por la acción de las lluvias y del hocicado de los jabalíes, muchas de estas albarradas aparecen en la actualidad descalzadas y han perdido su funcionalidad.
Albarrada de madera descalzada en la zona del ramblizo que baja desde el cuartel de Fajardo.
Reforestaciones anteriores llevadas a cabo en Fajardo.
La zona de la batería de Fajardo ha sido objeto de varios intentos de reforestación en el pasado reciente.
Durante los años 50 y 60 del siglo XX, los montes militares de la zona - Galeras, Fajardo, Algameca Chica, Roldán, etc.) fueron reforestados por la Armada Española con pinares de pino carrasco (Pinus halepensis), dentro del Plan Nacional de Reforestación promovido por el gobierno de aquellos tiempos. Debido a la alta densidad de estas repoblaciones forestales y su inflamabilidad, estos montes han sufrido diversos incendios que la ha desprovisto parcialmente de estos pinares de repoblación. Por otro lado, con la sequía de 2014-16, estos pinares resultaron muy debilitados y fueron atacados por la plaga del barrenillo (Tomicus destruens), siendo actualmente en algunos lugares su estado crítico - como sucede en la pinada presente en la zona de El Espalmador- y presentando gran cantidad de árboles muertos y enfermos. Esta situación incrementa la posibilidad de incendio por la acumulación de acículas de pino y ramas secas, a la vez que impide el desarrollo del sotobosque. Esta zona, en la que se aprecian restos de infraestructuras militares abandonadas o demolidas, se encuentra ampliamente degradada así mismo por la presencia de basuras y escombros.
Cartel anunciando las repoblaciones de los montes militares de Cartagena en la entrada al cuartel de La Algameca. Al fondo La Atalaya. 1958. Fuente: Fototeca forestal española.
Pinos carrascos procedentes de las repoblaciones de los años 50 y 60 en la zona de El Espalmador afectados por la plaga del barrenillo (Tomicus destruens).
En el año 2011, la empresa TRAGSA, con 513.000 € de fondos del Plan E, llevó a cabo en el área entre la Algameca, Galeras y Fajardo una gran plantación de miles de ejemplares de Tetraclinis articulata, plantación que, por haberse ejecutado a destiempo durante los meses de mayo-junio, resultó en una masiva muerte de la inmensa mayoría de los plantones, quedando en 2021 menos de una decena de los mismos. Os adjuntamos a continuación una foto de uno de estos diez ejemplares localizados.
Ejemplar de Tetraclinis articulata de casi dos metros de altura, uno de los escasos supervivientes de la plantación llevada a cabo en 2011.
Y a continuación, enlazamos un vídeo realizado por un amigo unos meses después de la plantación de 2011 y en el que se muestran la mortalidad prácticamente del 100% de los ejemplares plantados.
No sólo la reforestación planteada en 2011 fue un absoluto fracaso y un despilfarro de dinero público, sino que, además, los protectores de plástico no fueron nunca recogidos y, actualmente hay literalmente miles de protectores abandonados en los montes de Fajardo, Galeras y La Algameca.
Protectores abandonados en Fajardo en verano de 2022, once años después de la plantación.
Durante 2014, la asociación CreeCT llevó también una acción de restauración forestal con decenas de voluntarios que resultó igualmente malograda al haberse realizado en un año de extrema sequía.
Por último, nuestra asociación fue autorizada en 2016 y 2017 para llevar a cabo una acción de reforestación en esta misma zona, tarea que llevamos a cabo en las temporadas 2016-17 y 2017-18. Tras las lluvias de otoño de 2018, y gracias a los riegos de socorro aportados durante el verano, el recuento de árboles vivos un año después de su plantación ascendía a más de 500. Sin embargo, a partir de otoño de ese mismo año, la zona comenzó a sufrir ataques periódicos de jabalíes que mermaron la plantación hasta dejarla en la actualidad reducida a alrededor de 80 árboles supervivientes.
Dos ejemplares de Tetraclinis articulata de unos 60 cm procedentes de la plantación de ARBA de 2016.
Otro Tetraclinis articulata procedente de la plantación de ARBA de 2016.
En la siguiente entrada del blog os contaremos de forma detallada cómo estamos llevando a cabo este proyecto de restauración forestal, pero os lanzamos un adelanto en este vídeo hecho por los compañeros del grupo de 'Fajardo'.
El Proyecto Baluarte dentro de nuestra trinchera verde.
Esta actuación en el entorno del cuartel de Fajardo se enmarca dentro de nuestro proyecto de 'Trinchera Verde', una propuesta para la creación de una barrera forestal -un cinturón verde de especies autóctonas-, entre Cabo de Palos y Cabo Tiñoso, para la conservación de nuestra biodiversidad y para hacer frente a la amenaza del cambio climático y la desertización.
Esta 'Trinchera Verde' impulsará la construcción de un frente de vegetación autóctona en las sierras litorales de Cartagena que permita paliar o revertir los efectos del cambio climático, conectando los espacios naturales -protegidos o no- actualmente fragmentados y aumentando su resiliencia por medio del incremento de su biodiversidad.
El Proyecto Baluarte se lleva a cabo gracias a la financiación a través de la responsabilidad social corporativa (RSC) de la empresa PROSUR , de las subvenciones para proyectos medioambientales del Ayuntamiento de Cartagena y de la colaboración de la Armada Española, propietaria de los terrenos.
Nuestro objetivo es dejar un medio ambiente mejor a los que vienen detrás de nosotros. Queremos recuperar los bosques y arbustedas que hace siglos cubrían nuestros montes. ¿Te animas a echar una mano? Puedes venir a colaborar con nosotros físicamente y poner tus manos y tu trabajo, o, si no tienes esa posibilidad, puedes apoyar económicamente a ARBA Cartagena - La Unión y nosotros plantaremos esos árboles por ti.